La presentación comenzó pasadas las 21hs cuando se apagaron las luces del estadio y empezó a sonar la clásica apertura de cada show a modo de bienvenida. La lista de temas inició con «Rock para el negro Atila» seguido de «Mi perro dinamita» marcando lo que sería una larga noche de música. En la previa, el show tuvo impedimentos en términos de habilitación y finalmente terminó mudandose al barrio de Parque Patricios. Un escenario singular por lo pintoresco y la raíz barrial fue tiñéndose de la masa ricotera que se mantiene vigente a pesar del paso del tiempo. El sentimiento de pertenencia -«soy redondo»- tiene como objetivo trascender pese las dificultades. Ya no es el Indio Solari el que comanda la comunión, sino que la banda que lo acompañó estos últimos años marca el camino para mantener la energía del vivo y el encuentro mucho más que presente.
Huracán, Ringo Bonavena, Parque Patricios, casas bajas. El marco costumbrista de una parte de la ciudad que aún mantiene el término barrio en sentido tradicional, así fueron llenándese las calles de grupos mayores, jóvenes y niños reunidos. En la previa al show el cancionero tuvo los clásicos cantos ricoteros, el recuerdo a Maradona cuando las camaras enfocaron una bandera con su rostro y el deseo vigente de la próxima Copa del Mundo con Leo Messi como abanderado.
Los Fundamentalistas ya son un sello distinguido en la agenda local. Han girado por el país de manera exitosa e incluso llegaron a presentarse en España. Gaspar Benegas y Baltasar Comotto en voz y guitarra comandan esta propuesta que repasa los grandes himnos ricoteros y comparten las últimas creaciones lideradas por el Indio Solari en su carrera solista y de la que también formaron parte. Un repertorio que se fue incrementando estos últimos años con el lanzamiento de varios sencillos que se escucharon en vivo por primera vez durante presentaciones de LFAA, con la voz del Indio.
Fue una jornada dedica al fiel seguidor. Treinte temas que resuenan en todos los presentes y marcan su vigencia. Un momento destacado: la interpretación de «Espejismo» junto a un grupo de cuerdas y en la voz de Pablo Sbaraglia. Fue una versión que refuerza el tinte oscura de esta gema escondida. Otro momento especial sucedió previo a la interpretación de «Preso en mi ciudad», Fernando Nalé se tomó un momento para recordar a Martín Carrizo, compañero en la batería que los supo acompañar en sus últimos años de actividad. Su fallecimiento conmosionó a todo el mundo de la música.
Para el cierre del show, el himno «Ji Ji Ji» desató el clásico pogo más grande del mundo una vez más. Los fuegos artificiales anuncian el fin de la velada pero aún quedaba lugar para «Toxi Taxi», y así cerrar oficialmente la noche.
Texto: Florencia Gonzalez
Fotos: Jacqueline Orion
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