#CosquínRock19: el arte y las calles

La segunda y última fecha del Cosquín Rock a pura música y realidad. 

Una de las constantes en esta edición fue la presencia de Los Auténticos Decadentes. Ambos días la banda brindó un show íntimo y especial en un lugar aparte dentro del Espacio Alternativo Naranja. La banda icónica de nuestro rock nacional se presentó con su formato «MTV Unplugged»: interesantes nuevas versiones de los grandes éxitos que acumularon durante su carrera. Así como en otra edición Los Pericos tuvieron su lugar aparte, esta vez Jorge Serrano y compañía revivieron una pieza fundamental de la música popular. La carpa estuvo colmada los dos días y aún así la gente que pasaba por su entrada se sumaba momentáneamente a la fiesta que siempre proponen Los Deca. 

La presencia de Wos, el joven rapero campeón internacional de la Batalla de los Gallos, revolucionó por completo uno de los escenarios. Su repercusión trasciende lo que puede ser exclusivamente el «ambiente» del hip hop y llega a un gran número de personas (redes sociales mediante). Es por eso que la expectativa por escucharlo en vivo fue muy grande y colmó el escenario donde se presentó. La participación de Wos cargó de energía y juventud la grilla del festival, mensajes claros y una comunión junto al público hace de este joven talento nacional una de las revelaciones del festival.

Eruca Sativa brindó su arte y compromiso sobre el escenario principal. La banda en las voces de Brenda Martin y Lula Bertoldi remarcaron la importancia de la presencia de la mujer en lugares donde fue invisibilizada durante mucho tiempo. Entre esa vorágine y electricidad que se desprende de cada uno de sus temas, un mensaje claro de reivindicación pudo sentirse con fuerza. Un breve setlist contundente que repasó la exitosa carrera que continúan construyendo, finalizaron con el clásico «Magoo», tema por el que muchxs llegaron a Eruca.

El hangar no solo fue un resguardo a los intensos rayos de sol, sino que ofreció durante las dos jornadas todo tipo de shows. Como el de Cirse, que sin ser una banda de metal, fue un punto fuerte en la grilla de este escenario. Los temas clásicos y pegadizos de la banda liderada por Luciana Segovia reunieron a un buen número de personas. Apostando al colorido del festival, Cirse sumó varios invitados en su breve presentación: Corvata de Carajo, al igual que en su versión de estudio, dijo presente en «Karma», tema del último disco de la banda. También Carucha Podestá copó el escenario en «Tecno» y parte del gran cierre estuvo a cargo de Fernando Ruíz Díaz para el cover de «Y lo que quiero es que pises…». Una vuelta a la clásica presencia de Catupecu Machu en Cosquín y el recuerdo de la marca que dejó en el festival.

Ciro y Los Persas, una fija en cada Cosquín, brindaron un show extenso repleto de clásicos y color en la noche del último día. Pudimos ver a un Ciro enchufadísimo que se adueñó de ese segmento que ocupó en la grilla como si fuese un show propio. La presencia del público responde a esa entrega acompañando en cada momento.

El gran cierre gran estuvo a cargo de Ska-P (teniendo en cuenta que el show de Nonpalidece fue suspendido por las fuerte lluvia) y no defraudó para nada. La banda española venía de presentarse en La Plata frente a un gran número de personas y bajo una gran tormenta también. En esta ocasión el clima decidió acompañar y la banda completo su set sin ningún problema. Este cierre fue un gran corolario de lo que se pudo vivir en algunos pasajes de la fecha: música anclada a una realidad.

En su estilo directo que interpela sin vueltas casi en segunda persona, los españoles compartieron aires de revolución en una Argentina que se ve pasando un momento de zozobra. Con el pañuelo verde de la campaña por el aborto legal, seguro y gratuito en el cuello y la remera con el rostro de Santiago Maldonado, Pulpul se plantó al frente del escenario a cantar sobre la fuerza de la clase obrera y evidenciar las atrocidades de la derecha. «Mestizaje», «Mis Colegas», «La Estampida«, «A la mierda» fueron algunos de los clásicos que sonaron en la noche cordobesa. El pública compartía un ambiente de energía y fuerza a través del clima festivo que propone la banda en cada uno de sus temas. El clásico «Vals del obrero» cerró una jornada llena de música y la realidad que se ve en las calles todos los días.

El Cosquín Rock cierra otra edición con muchos aciertos y varios puntos a tener en cuenta. Durante todos estos años de vigencia han buscado reinventarse dando lugar a los nuevas expresiones musicales que surgen en nuestro país, aún así, sin lugar a duda una de sus grandes deudas es la consideración de artistas femeninas, que tanto movimiento generan hoy en día. La escasa participación de mujeres no refiere solo a una cuestión de «cupo» como algo obligatorio sino también un reconocimiento de muchas artistas que dan que hablar en nuestro país. La presencia de lo social, político y cultural no excede a un espacio que es artístico. Es imposible pensarlo como un retiro aislado del contexto, sus mismos miembros lo anclan en una coyuntura donde el arte cobra un protagonismo importante. «El hit del verano», los pañuelos verdes en mochilas, bolsos o los mismo brazos dan cuenta de que hay un público comprometido que no mira hacia otro lado y no busca que sus referentes musicales lo hagan.

Texto: Florencia González
Fotos: Jacqueline Orion

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