Por segundo año consecutivo se llevó a cabo en nuestro país la feria más grande de Sudamérica en materia musical.
Con un programa atractivo que incluyó exposiciones, clínicas, charlas y hasta shows al aire libre se desarrolló el evento de cita obligatoria para cualquier músico y afines. El pabellón Ocre de la Rural se colmó de instrumentos musicales de todo tipo y calibre, allí se podía testear desde instrumentos autóctonos, hasta una guitarra último modelo, así como también se invitaba a participar de clínicas brindadas por artistas de distintos géneros de la escena nacional.
Una de las atracciones principales fue el museo dedicado a Pappo, donde se exhibían desde sus discos hasta su mítica Harley Davidson la cual lo acompaño hasta el último día de su vida.
Claramente la mejor manera de honrar a la música es tocándola en vivo y para este fin se montó un escenario en el patio principal del recinto. Por allí pasaron diferentes artistas y bandas locales, desde la orquesta infanto juvenil Vamos los Pibes, comandada por Hugo Lobo, hasta el cierre majestuoso de la mano de Pedro Aznar.
Ambos días con convocatoria exitosa, tanto para disfrutar como para aprender acerca del mundo instrumental. Aguardamos por una tercer edición para la que no cabe dudas tendrá lugar en algún rincón de nuestro país.
Mon Romero M.
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