La segunda y última fecha del Cosquín Rock ofreció una grilla innovadora que significó la llegada del indie al escenario principal.
Luego de una cierre a pura tormenta durante el final de la primera fecha, el día dos del Cosquín Rock se llevó a cabo con normalidad. La Que Faltaba continuó con la energía piojosa que el día anterior Ciro Martínez había comenzado. “El balneario de los doc.Crotos”, “Fijate” y “Muevelo” fueron algunos de los temas que formaron parte del setlist.
Promediando la tarde y ante una lluvia incipiente que no significó amenaza, Él Mató a un Policía Motorizado salía al escenario junto a los primeros y únicos rayos de sol de la fecha. La banda fue una de las grandes y agradables sorpresas de esta nueva edición. El crecimiento y llegada que han logrado estos últimos años, junto a su último gran disco La Síntesis O’Konor (2017), hicieron de su participación en el festival un éxito incuestionable. Luego de la banda de La Plata, le siguieron Los Espíritus, otra de las nuevas propuestas del rock nacional. Una banda que ha sacado últimamente dos aclamados discos –Gratitud (2015) y Agua Ardiente (2017)– se plantó en el escenario principal con ese sonido bluesero y las letras plagadas de imágenes urbanas reconocibles. Prietto y Moraes finalizaron el año pasado en un Estadio Malvinas repleto y eso no es poca cosa. El recambio y los nuevos creadores de rocanrol -citando a Él Mató- son necesarios y hacen dinámica la estructura del legendario festival.
El escenario temático del domingo estuvo centrado en el heavy metal. Un clásico del festival que atrae a público de todas las edades y plantea una grila que atraviesa a su diferentes subgéneros. Durante la tarde, Los Antiguos se revalidan una vez más como una de los nuevos exponentes del género frente a la honesta compañía de su público. Hay algo del orden de lo genuino que rodea a la banda y hace de su música un mensaje directo. Esa imagen puede verse en el cierre de su set con el Pato Larralde sobre su público. Otra de las bandas que mostró su costado más pesado fue Sick Porky, quienes oscilan entre el stoner y el hard rock.
Cerca de la noche de Cosquín, el clásico disco del metal nacional Ácido Argentino (1991) tuvo su homenaje de la mano de Malón. Una caricia al alma metalera para todos los que se acercaron -cruzando aquel mar de barro- y se sumieron en las bases del metal. La insignia de la “H” y todo lo que ello representa hicieron del show uno de los puntos altos del festival.
Las nuevas propuestas del indie/pop/rock también tuvieron su lugar en la última fecha del festival con bandas como Indios, Bándalos Chinos, Barco, Viva Elástico, entre otros. También tuvieron lugar los nuevos proyectos de figuras reconocidas como Vanthra con Fernándo Ruíz Díaz y Piti Fernández en su formato solista.
Hay, por lo menos, tres artistas en esta línea que merecen un comentario aparte. Primero es imposible no hablar de Perras on the Beach, fenómeno que atraviesa diversos ámbitos. Simón Poxyran ha sido una de las revelaciones últimamente y una sorpresa para muchos que perdieron los pasos a los nuevos lanzamientos. La sorpresa de algo tan significativo que para otros pasa desapercibido pudo verse en la puerta del Quilmes Garage, repleto, que tenía gente por fuera del lugar esperando por la banda. Otro de esos casos lo tiene como protagonista a Luca Bocci, quien sacó un disco llamado Ahora el año pasado y respira actualidad. Por último, y no por eso menor, Louta. Una propuesta diferente que apuesta a la teatralidad y la fuerza de la imagen combinada con sonido como experiencia presencial. Todos ellos pasaron por la nueva edición del festival con gran convocatoria y le aportaron el espíritu adolescente que nada tiene que ver con edades.
La Casita del Blues fue un punto distinto y con una puesta más armoniosa con unas luces cálidas. La Mississippi cerró ese nuevo espacio que durante los dos días recibió a artistas nacionales e internacionales.
La recta final de la edición número 18 del Cosquín Rock comenzó con Los Ratones Paranóicos y una catarata de hits que revivieron desde su regreso en septiembte del año pasado. Juanse mostraba una buena predisposición en el escenario y un notable buen humor, incluso subió a dos miembros del público a recorrer la extensión del escenario principal corriendo. Cerraron su presentación con “Para Siempre” frente a una multitud.
La visita internacional de la fecha fue la banda de Dexter Holland y compañía. The Offspring regresó a nuestro país para presentarse únicamente en el festival cordobés. Un show de breve de más o menos quince temas -no mucho menos de sus shows propios- que repasó sus hits “Come out and Play”, “Hit That”, “Bad Habit”, entre otros. La banda de punk pegó directo en la adolescencia de muchos, nos damos cuenta del paso del tiempo cuando notamos que el disco Americana cumple veinte años y escuchamos la voz de Holland tratar de hacerle justicia.
Guasones dio un show prolijo con un sonido demoledor que le siente bien al rock platense. Soto maneja muy bien el escenario y sabe muy bien lo que quiere a nivel musical. Cerrando esta edición, Los Gardelitos salieron cerca de las tres de la madrugada para el público que aún reisistía luego de una extensa jornada.
La banda invitó al escenario a dos trabajadoras sexuales, Maria Riot y Georgina Orellano, quienes leyeron un discurso claro y contundente acerca de la situación actual de las mujeres y demás minorías respecto a la desigualdad social y la justicia ineficaz. A su vez, visibilizaron la escasa participación de mujeres en el festival, teniendo en cuenta la gran cantidad de artistas que hay en la escena. Los Gardelitos articuló música y actualidad acordemente frente a un ámbito, como lo es la música y el espectáculo, que últimamente se vio centro de denuncias de abusos. No podemos pensar un mejor cierre para el Cosquín Rock que esa invitación a reflexionar.
Texto: Florencia González
Fotos: Jacqueline Orion
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