#CosquínRock Día 1: entre clásicos y novedades

La primera fecha del Cosquín Rock tuvo centro en el rock and roll barrial.

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El festival más grande del país tuvo su nueva edición el pasado fin de semana. En su primera fecha el Cosquín Rock aseguró los clásicos del festival en el escenario principal y apostó a la variante en los demás escenarios. 

En la tarde del sábado Sueño de Pescado pisaba el escenario principal del festival. La banda de La Plata se formó en el 2013 y es una de las grandes novedades que atrae cada vez más público. Su presencia en la grilla fue una de las apuesta por la renovación en cuanto al rock barrial, género característico del Cosquín.

Las Pelotas y Ciro y Los Persas dieron sus shows en un horario diferente al de otros años, donde los podíamos ver durante la madrugada o incluso cerrando alguna fecha. A esta altura, en la edición número 18 del festival, ambas bandas son dos clásicos del Cosquín que parecen infaltables teniendo en cuenta, además, el nivel de convocatoria. Las listas de ambas bandas se mantuvieron más o menos en la línea festivalera, con un repertorio de Los Piojos recurrente en el caso de Ciro

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El Quilmes Garage fue el único escenario indoor que durante la primera fecha se ciñó por el rock más oscuro pasando por el stoner y la psicodelia. Humo del Cairo, a meses de su regreso a los escenarios con Franco Salvador en batería, fue un continuum de distorsión. Más temprano Banda de la Muerte llevaba la veta más pesada, Coya brindó una onda Jack White entre el blues y lo moderno sin dejar de lado la oscuridad por momentos.

La banda de Portland, The Flying Eyes, se presentó en ese escenario y llegaban por primera vez a nuestro país. Han sabido ganarse el corazón de los especializados en el rock psicodélico y la oscuridad como propuesta estética. EL Quilmes Garage tuvo su cierra en la primera fecha de la mano de Pez que arrancó su set sin interrupción con temas como “Fuerza”, “Ahogarme” y “Gala” entre otros . El Quilmas Garage fue coherente, atractivo y tuvo visitas internacionales, convirtiéndolo así en uno de los escenarios más innovadores del festival.

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Pez

El predio en su extensión ofrecía una variedad de atracciones incluso extra musicales. El Universo Geiser apuntó hacia los sonidos modernos y los nuevos exponentes del pop/rock como Francisca y los Exploradores, Ibiza Pareo y Diosque. Ese espacio estuvo concurrido y la gente se acercaba hacia las nuevas propuestas mientras en el escenario principal pasaban los pesos pesados del rock nacional. 

Mostrando una cara más rockera/alternativa, el Universo Geiser tuvo a Massacre que viene de celebrar sus 30 años de carrera. “Diferentes Maneras” fue el comienzo del set que cerraría con “Crua Chan” de Sumo. En su show Walas hizo mención acerca del asesinato de Juan Ledesma, baterista de Superuva, al ver una bandera con el signo de anarquía. Resguardó ese símbolo libertario y aseguró que quien cometió el asesinato no entendió nada de lo que se trata aquella insignia. Walas visibilizó una cuestión importante que está y a veces se omite por conocida.

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Massacre

Por el escenario principal pasó una de las visitas internacional más promocionadas de la fecha: Creedence Clearwater Revisited. Con repertorio de clásicos. la banda que cuenta con Doug Clifford y Stu Cook como miembros originales, desplegó el country rock que cautivó desde principios de los setenta. Desafortunadamente, el sonido no le hizo justicia a esos clásicos. Llegando al final del festival, Skay y Los Fakires dieron un show breve para su posición en la grilla, sin embargo fue uno de los más destacados por la presencia misma de Skay, quien sigue siendo ese referente que todo músico admira. Su setlist se basó en su obra y hubo lugar para solo un tema de Los Redondos: “Ji ji ji”. El Flaco tiene la magia de cautivar con la complejidad de su simpleza. Crea momentos híbridos de adrenalina y reflexión que no es poca cosa.

El final del propiamente dicho estuvo a cargo de Las Pastillas del Abuelo que comenzó a puro oldie pero tuvo que suspender su set por la tormenta obligatoria que dice presente cada Cosquín Rock.

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La primera fecha del Cosquín Rock tuvo un escenario principal característico del festival, íntegro para un público que sabe a lo que va. En esta edición la gran sorpresa fue el show de Creedence Clearwater Revisited rememorando aquellas épocas donde el rock crecía.  Por otro lado, los demás espacios tuvieron diversidad y muy buenas propuestas que fueron exitosos de ese modo frente a un público que transitó y se movió por el predio hacia las novedades. Es utópico a veces pensar que tal banda merece estar en el escenario principal porque los lugares, con tantos ediciones del festival, ya están casi signados o, también, hay bandas que son más apreciables en otro ámbito. En el caso de Massacre, por ejemplo, que pasó por ambos escenarios, tuvo un gran éxito en esta edición frente a un buen número de personas que acompañó y creo un buen ambiente. En ese sentido, la segunda fecha logró romper un poco el esquema de manera favorable y es un buen parámetro con el que se puede pensar la manera de innovar y salir de la zona de confort.

Texto: Florencia González
Fotos: Jacqueline Orion

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