Con nuevo material: «La salvación de Solo y Juan» Los Fabulosos Cadillacs volvieron a pisar escenario en la Ciudad de Buenos Aires, en este caso, en el Luna Park. Con entradas totalmente agotadas LFC dieron un show para el recuerdo.
El anochecer del día Sábado se prestaba para quedarse en casa. Ni la lluvia, ni el frío lograron opacar los rostros de la procesión que hacia fila sobre las calles aledañas al Luna Park. Los Fabulosos Cadillacs, estaban de vuelta.
La primer entrada en calor, en el estadio, la dio el trío Visión. La joven banda conformada por Wenceslao Ares, Sebastian Corvi y Astor Cianciarulo salio a escena con un set breve, pero muy power. Podemos asegurar que dicha banda se ganó, además de varios aplausos, el respeto y simpatía del público, que ya había copado cada rincón del Luna.
Las luces se volvieron tenues y sobre la pantalla principal del escenario comenzaron a rodar las imágenes, de los clips cinematográficos que acompañan, las canciones de «La Salvación de Solo y Juan». Entre el sonido de tormenta, rayos y truenos, los músicos, aparecieron en escena, cada uno ocupando su lugar. Todas las miradas se concentraron a la izquierda del gran escenario: allí Daniel Lozano, el hombre encapuchado de negro y con una caracola en mano comenzó a emitir la estrepitosa señal del comienzo de la ceremonia.
En lo alto del escenario se montaban la primer batería a cargo del experimentado Fernando Ricciardi, y la segunda a cargo de Astor Cianciarulo, ambos en perfecta coordinación musical dieron la intro de «Averno, el fantasma».
Vicentico con su característica vestimenta, de saco largo se desplaza de un lado al otro, se unía a su par, el Sr. del bajo : Flavio, que no se queda quieto un instante, se miran, juegan y se abrazan. En un abrir y cerrar de ojos, estalla el publico, suena «El genio del Dub» seguido de «La luz del ritmo» y «Demasiada presión».
«V centenario» marco el primer pogo alocado de la noche. «Estoy harto de verte con otros» permitió dar un respiro, aunque nadie decidió quedarse quieto esa noche. mucho menos cuando comenzaron los primeros acordes de «Manuel Santillan, el león».
El nuevo talento, efectivo en la banda : Florian Fernandez Capello, cambio guitarra eléctrica por acústica, su padre se sentó en piano, y Cianciarulo Jr. se apodero del segundo bajo para dar estreno a las canciones de su nuevo material.
«Navidad», «No era para vos» y «La tormenta» sonaron al hilo, captadas con mucha atención por el publico, que las escuchaba y celebraba en vivo por primera vez.
La postal perfecta se dio con el publico, incluyendo todas las plateas de pie, para bailar y saltar al ritmo de «Revolution Rock». Las luces bajaron, infinidad de celulares en alto para la bella «Siguiendo la luna» con dedicatoria a Sergio Rotman, quien estará ausente en la banda, solo por un tiempo.
«Carnaval toda la vida», «Carmela», «Mal bicho» y un pedido de silencio casi imposible, para rezar «Yo no voy a la guerra, a la violencia, a la injusticia ni a tu codicia» grito Vicentico, con todas sus fuerzas, en ese preciso instante todo vibró, pogo furioso para pedir ¡Paz en el mundo!.
«Los Cadillacs tocando para vos» cantaban al unisono los presentes, de la mano del «Satánico Dr. Cadillac». La alegría parecía no tener fin, pero llego esa despedida, que nadie quería, y a su vez no era real. Tras escasos minutos de corear «No nos vamos nada» y «Cada día te quiero mas» Los Cadillacs volvieron a sus puestos. Los teclados comandados por Mario Siperman, le dieron rienda suelta a «Calaveras y diablitos». El momento mas emotivo de la noche se dio en «Vos Sabes» interpretada esta vez, por padres e hijos en escena, emoción que se trasladaba a los que estaban en el campo y hacían lo propio con los suyos.
Junto a «Vasos vacíos» el show llegaba a su fin, el sonido de las baterías se elevo al máximo, todos festejaron al «Matador». Sr. Flavio recreo el Himno nacional Argentino, con su bajo,para la despedida. Aplausos y ovación.
«Yo no me sentaría en tu mesa» fue la ultima de la noche, el broche de oro. La banda fue aplaudida a mas no poder, estadio totalmente agotado para el regreso de la vuelta Cadillac. Aunque cuando no tocan, ellos siempre están juntos, precisamente porque los Fabulos Cadillacs, mas que una banda son familia, sus seguidores son familia, quedo demostrado en una noche, que quedara en el recuerdo de varios…
Texto: Mon Romero M.
Fotos: Rodrigo Alonso//Prensa Cadillacs.
UnderShutter 