Como peces en el agua

Poseidótica, Dragonauta, Sur Oculto, Gripe y The Dagg unieron fuerzas en el primer “Viaje de Agua”

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En uno de los febreros más calurosos del que tenga memoria, Poseidótica nos invitó a refrescarnos en un manantial de rock espacial, psicodélico y pesado. A pocos meses de haber detonado el mismo recinto (Vorterix) en el Stoner Fest, el grupo volvió a Colegiales para reafirmar que lo de ellos es cosa seria.

The Dagg oficiaría de acto apertura, el trío oriundo de Quilmes daba la bienvenida a aquellos que concurrimos temprano para ver de qué se trataba este grupo. Con mucha actitud y haciéndose cargo de la parte que les tocaba, la banda desplegó su música reminiscente a los años 70´s, un rock progresivo con dosis de locura y zapada. Pueden descargar de su web el full álbum en formato mp3 o en wav para más placer. Luego llegaría el turno de Gripe, otro trio de rock valvular que, apoyados por la gente de Venado Records, editó en 2014 “La Revolución Permanente”, un interesante disco del que pude hacerme con una copia para escuchar posteriormente. Mientras elegía cuál de sus dos discos comprar, averigüé que el primer álbum, lanzado en 2010, fue producido por Sergio Ch. (Los Natas). Si bien casi toda la movida acusa influencias de esa gran banda nacional que popularizó el género en nuestro país, se nota en Gripe que las lecciones fueron bien aprendidas. Ante la atenta mirada de algunos que estábamos allí, el set de los muchachos iba llegando a su fin; pero esto recién comenzaba.

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Gripe | Foto: Sol Escudero

La anterior vez que vi a Sur Oculto me quedé con la imagen de un show atronador, algo así como la embestida de un camión Iveco. El conjunto cordobés lo hizo de nuevo, se apoderó del escenario y, a juzgar por cómo sonaban, costaba creer que sólo había tres músicos en escena. La formación de Sur Oculto prescinde de la guitarra, pero suple esa ausencia con un bajo de seis cuerdas ejecutado con una pericia absoluta. Los teclados de Andrés Arias crean un clima de suspenso/terror mientras el tapping furioso de Sebastián Teves acompaña el ritmo desquiciado de la batería de Ema Borgna. Todo en Sur Oculto es un sacudón en tus sentidos. En un pasaje de un tema la agresión de la música se exterioriza en el tecladista que golpeaba su instrumento al ritmo de la batería, como si fuera una percusión más, parecía inmerso en un trance o poseso, perdido en ese torbellino lisérgico que es Sur Oculto. Gran ovación de los presentes, la mayoría parece haber disfrutado de la actuación de los cordobeses; y no era para menos.

Dragonauta a lo largo de su carrera ha atravesado diferentes mutaciones. Esta formación cuenta sólo con Daniel Libedinsky como miembro original. Asimismo, muestra una faceta un poco más extrema del cuarteto. La dupla que forman Libedinsky y Alejandro Gómez en guitarras esta asentadísima y apunta al riff como arma principal. Por supuesto que los nuevos integrantes aportan y sostienen esta reencarnación. Kurgan y Yegros empujan a la banda a sonar un poco más pesada de lo que ya venía sonando. El primero, bajista y cantante, tiene un registro más podrido en la voz que sus antecesores, y el segundo, tras los parches, golpea su batería sin ningún tipo de compasión. «Frozen Neptunian Demons» y «I. The Talking Snake II. Witch Hammer» fueron las primeras canciones que oscurecieron la velada. Ambas extraídas de “Omega Pentagram”, hasta ahora su último disco. A pesar de que amagaron con la intro de «Tomegapentagram», clásico del primer CD ”Luciferatu”, la mayoría de los temas fue de sus dos últimas placas. En «Necrogalaxia» extrañé un poco a Fede Wolman que solía subir a cantar con ellos como invitado, aún no me acostumbro a esta versión del tema sin su voz, pero bueno, quizá es algo que me pasa a mi nomás. De todas formas el show estuvo muy bien y espero que el próximo álbum mantenga el nivel al que nos tienen acostumbrados.

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Dragonauta | Foto: Sol Escudero

Poseidótica viene de cerrar un 2015 bastante auspicioso, y ya comenzó este año compartiendo cartel con los estadounidenses Dead Meadow. Hace un tiempo vengo siguiendo a Poseidótica y pienso que es de lo mejor que tiene la escena nacional, de hecho, creo que son mejores que muchos grupos que vienen de afuera. Los shows que realiza el cuarteto son intensos y apabullantes. Con «La Nave Nodriza» dieron comienzo a su repertorio, pero algo no andaba del todo bien, Santiago Rúa, uno de los guitarristas, sufrío algunos problemas con sus equipos. Los desperfectos continuaron hasta el final de la canción y mientras se solucionaban los percances técnicos, después de zapar un poco, tocaron como trio una versión de «Tiempo y Espacio», que, según Martín Rodríguez -bajista-, no estaba en la lista originalmente. Recorrieron sus cuatro discos en un setlist donde, por supuesto, no faltó el tema que daba nombre al ciclo: «Viaje de agua». La sorpresa que nos guardaban, ese extra que nos brindan para que cada show se diferencie, fue la presencia de Edelmiro Molinari, ex guitarrista de Color Humano y Almendra. Acompañados por los integrantes de The Dagg en coros, interpretaron «Hace casi 2000 años» de Color Humano. Acto seguido, con Edelmiro todavía en el escenario, se dieron el lujo de tocar «Aeroruta» con su participación. Todavía con las pulsaciones altas le pusieron moño a la noche con «El Dilema del Origen» y «Dimensión Vulcano». Otro recital de primera y ya perdí la cuenta. Entiendo que si hay un “Volumen 1” es porque habrá una segunda parte, bueno, la próxima andá tranquilo, Poseidótica y sus amigos no te defraudarán.

 

Texto: Tony Esmoris
Fotos: Sol Escudero
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