En el marco de una nueva Fiesta Clandestina, los Dead Kennedys regresaron al país con una formación alterada pero con una lista repleta de clásicos.
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El pasado viernes las Fiestas Clandestinas tuvieron unos anfitriones de lujo: nada más ni nada menos que Dead Kennedys con la garantía de los 2 Minutos como banda invitada. La noche en el barrio de Palermo se tiñó de negro, borcegos y camperas de jean para recibir -una vez más- a la banda que ha formado parte del soundtrack de nuestras vidas.
Para sorpresa de algunos, los primeros en subir al escenario fueron los Dead Kennedys. La formación fue una temática recurrente en las conversaciones que se dieron entre el público. Ya sin el icónico Jello Biafra, días previos al show se anunció la ausencia de DH Peligro en la batería. Y ahí surge el eterno debate que se caracteriza por su final abierto y tiene como protagonistas a las bandas que se reúnen después de mucho tiempo.
El caso puntual de los DK plantea un escenario confuso que se puede dividir en lo práctico y lo discursivo. Las alteraciones de formación y sus posturas con respecto a algunas cuestiones como las descargas en internet forman parte de lo discursivo, de una posición en la que se disocia de lo que alguna vez fue. En cambio, yendo a lo práctico, el vivo -como lo sucedido en Groove- se despliega la voracidad que se espera de algún modo. Ron Green realiza un despliegue en el escenario que complace satisfactoriamente… pero sabemos que la vara ha quedado muy alta. El pasado de la banda es lo que la mantiene en ese lugar privilegiado de referencia y es lo que atrae al público. Sin embargo, la presencia East Bay Ray y Klaus Flouride funcionan como hilo conductor hacia esa época.
Con el inconfundible logo plasmado en la pantalla de Groove, los clásicos de siempre como «Holiday In Cambodia», «Too Drunk To Fuck», «Nazi Punks Fuck Off», «Kill the Poor» sonaron de manera obligatoria. El público correspondió a la propuesta y la agitó durante las casi dos horas de show. Una vez finalizado el set, los miembros de la banda bajaron del escenario para saludar, se sacaron fotos con los que se acercaron, brindaron con algunos y hasta charlaron de manera acotada por la circunstancia de la fiesta con otros.
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