Entrevista con Dario Alturria, voz de KAMELEBA: “Después de que yo di todo por este grupo y todos dimos todo es justo que el grupo quede inmaculado.”

El León del interior llega por primera vez a la calle corrientes y lo que iba a ser el show despedida de su último álbum se convirtió en el último show de combo mercedino por tiempo indeterminado. Tiempos de tribulación para una banda genuina de corazón.

Kameleba

Día de calor en Buenos Aires y Groove nos recibe con agua y cervezas frías. Una veintena de medios esperamos para la ronda de notas con Darío Alturria, frontman de Kameleba, la banda de reggae de Villa Mercedes- San Luis que lleva más de 14 años recorriendo escenarios por todo el país y el último tiempo también atravesó fronteras. El motivo de la cita es la presentación del León del interior en el teatro Opera Allianz el 27 de marzo, con la cual estarían despidiendo su último álbum de estudio y presentando temas de su nuevo trabajo discográfico… o al menos eso creíamos. “Cuando uno se enferma el doctor te recomienda reposo, Kameleba necesita reposo” dice Darío off the records. Antes de que comience el reposo indeterminado Kameleba corona su carrera en uno de los teatros más importantes de la calle corrientes, de esto y más habló con Undershutter Darío Alturria, también conocido como Black Dali o simplemente el negro.

¿Cómo llega Kameleba a esta presentación en el teatro Opera Allianz?

D- La verdad siento una coronación para mi grupo. Es un lugar que tiene mucha historia bárbara donde todavía está la frecuencia resonando de todos los artistas que dejaron su vibración ahí (NDA: En el teatro se presentaron Ava Gardner, Édith Piaf, la cantante italiana Mina Mazzini entre otros artistas internacionales.) Sé que está lleno de benditos fantasmas, buenos fantasmas que dejo la música, desde ese lugar es como un templo y me parece que es digno el grupo, después de catorce años de una aventura desde Villa Mercedes (San Luis) coronar en el teatro Opera. Además no solamente es el teatro Opera por lo que significa sino que poder ir al teatro Opera a decir las cosas que tenemos para decir. Hablar de un disco que se llama “Tiempos de Tribulación”, a ocupar el tiempo que tenemos para decir cosas en la calle Corrientes pero con un mensaje que es claro y concreto, que habla del cuerpo social, del alma individual y colectiva. Así que es un honor para Kameleba estar en ese lugar sosteniendo ese mensaje ahí en vivo.

¿Cómo preparan un show tan grande como el opera? ¿Piensan alguna variante en los temas, los reformulan de alguna manera?

D.A- La idea sería respetar la discografía y las versiones que la gente eligió, que entre la mayor cantidad de canciones que se pueda, evitar Dubs, intros, salidas. Yo creo que tiene que ser un recorrido en el cual cada vez que toco en esos lugares me cierran el telón porque nos echan, tocamos hasta que nos echan. Para mí no se puede desperdiciar ni un minuto de concierto y la gente tiene que escuchar la mayor cantidad de las canciones que eligió en estos cuatro álbumes.

¿Con que se va a encontrar la gente el 27 de marzo cuando vaya al show?

D.A- Yo creo que es una celebración. No va a ser nada muy sorpresivo, yo lo que quiero es que todo el potencial, le poder que logramos escénicamente, se mantenga. Podamos llevar la misma emoción que el público y banda desarrolla cuando la rockeamos en lugares de mil quinientas o X personas con una vibración, una banda candente, una banda en llamas. Que llegue la expresión genuina de lo que somos, la fotografía y el audio genuino de lo que somos, si pudiéramos lograr eso. Que no sea una banda que … “mira que otra estética que lograron en el Opera”, no. Quiero que seamos los mismos que tocamos en un club para cien. Que no haya diferencias de espíritu ni de interpretación. Quiero que seamos la misma persona en cualquier ámbito.

¿Por qué la elección de un teatro y no La Trastienda, Vorterix o Groove?

D.A- Queríamos hacer un teatro que nos diera una suerte de legitimidad artística extra reggae, además de ser reconocidos como artistas reggae, ya entrar al plano donde artistas multi genero se han plantado como tales, entonces ya Kameleba en un rol de artista. Era como eso, pisar en una condición de artista un lugar como esos.

¿En sus inicios imaginaban con tocar alguna vez en el teatro Opera?

D.A- No, de corazón que no. Quizás hace poco tampoco, no es que en los inicios, hasta ahora mismo nos sorprende. Pretendíamos eso, incluso yo ya lo había prometido para el año pasado y no lo pude concretar así que es un desafío que yo tengo personal porque ya lo prometí y no lo pude cumplir. Si yo no puedo empatar las cosas que prometo siento deuda.

¿Consideran que la llegada a la calle Corrientes es la mitad de un recorrido mucho más largo?

D.A- Nosotros a partir de ese momento vamos a hacer un impase por tiempo indeterminado. Tengo la sensación de que mucho más puede pasar pero no sé qué más puede pasar. Estoy muy orgulloso de la obra que ya concrete con mis compañeros, a lo mejor es muy riesgoso. Hicimos un disco como “Tiempos de Tribulación” que es una obra muy linda y que es jodido de superar, y empatar inclusive. Son riesgos muy altos, un estrés muy grande transformarse en un artista pop conocido. Es necesario un impase para que quizás esa larga vida que no sé qué puede venir no sea tal sino que cada uno arriesga su propio pellejo. Me equivocares, seguiré cantando canciones, gustaran, no gustaran, no sé pero Kameleba quedo inmaculado hasta que sea el momento de volverme a encontrar con una vibración sana y esperanzadora que es lo que dice el discurso que llevo y me pongo en boca. Utilizar ese tiempo para recuperar la alegría y la dignidad, el realismo del discurso. Recuperar la alegría, extrañar, valorar para que si hay alguna cuestión que si está enferma dentro del grupo el reposo sea el encargado de que si hay porvenir sea en línea con lo que hemos hecho y no juntarnos porque es nuestro momento, porque ahora es nuestro momento. Siempre fue el mejor momento, siempre que hubo un espíritu verdadero.

¿Sentís que el éxito los sobrepaso?

D.A- A mí personalmente un poco que sí. Tengo muchas responsabilidades además de cantar y componer. También produzco, también he sido parte de la gestión del grupo, de la estrategia, he sido promotor, dando la cara, prometiendo, proponiendo, buscando la moneda del mes a mes, viendo que pasa el otro mes, como proyectarnos. Son muchísimas responsabilidades y a veces uno también tiene sus limitaciones humanas y quizás las sentí de esa manera. Las sentimos todos porque sabemos que fueron catorce años de un laburo muy arduo, de recorrer el país y también el exterior, muy desgastante y maravilloso, tan maravilloso como desgastante. Un descanso es necesario para cualquier ser humano y más para un grupo de dieciséis, catorce personas.

¿Crees que el público entienda este impase?

D.A- No lo va a entender el público. El público es como los hijos, los hijos no van a entender que los padres se separen, nunca. Como tampoco ellos saben qué momento estoy viviendo yo como ser humano. Yo puedo tapar ciertos vacíos pero ¿Quién tapa el mío? Yo te puedo asegurar que soy el primer fanático de Kameleba, el primer hincha que hubo del grupo, nadie más que yo ha dejado la vida acá y ha dejado lo más y lo mejor. Quizás yo tengo demasiadas ambiciones o no tengo los mismo tiempos, o estoy sobrepasado, o siento que llegamos a un nivel donde se sobredimensiono mucho. Yo tengo muchas cosas en riesgo en el grupo porque yo trabajo con mi hermano, mi familia, es mucho lo que tengo por perder si las cosas se ponen más y más ásperas. Hay gente que no, la sangre es la sangre. Hay gente a lo sumo si termina mal la cosa o hay mucha fricción ¿Qué es lo peor que le puede pasar? Y bueno, no salir los fines de semana a tocar en vivo, a rockear pero si uno se va a friccionar con su propio hermano… que yo me crie con hermano tocando canciones desde que éramos chiquitos, ha sido mi mejor amigo toda la vida. Para mí el riesgo es muy alto, hay que saber cuándo parar sino puede ser peor todo. Porque estamos muy cerca de ser una banda pop, somos una banda cada vez más y más conocida, yo no sé si es lo que pretendí o pretendíamos cuando comenzamos, queríamos ser unos artistas de reggae. Quizás nos consumió la exigencia que me sobre metí o que metimos en la banda pero no es que no quiero exigirme porque yo sigo haciendo canciones, sigo proyectando. El mismo disco que quería sacar con Kameleba lo vengo proyectando desde hace un año y medio, esa ansiedad no va a cambiar en mí, yo lo voy a concretar porque necesito expresarme pero quizás tanta intención mía de liderar puede invadir la voluntad de mi compañero y no quiero ser un dictador. Si yo tengo ganas de hacer más música hare más música y cuando haya voluntad de hacer algo en conjunto se hará pero necesito mucho hacer cosas.

¿Ya tenes proyectado que vas a hacer durante este párate?

D.A- Voy a lanzar un disco a mitad de año. Ya empecé a trabajar con dos single en Jamaica con la Shengen Clan (la banda de Alborosie) y otros artistas con los que queremos compartir el reggae, no hablamos de negocio sino de algo que nos empatía, escuchamos la misma música, nos gustan las mismas cosas. Quiero tomarme este tiempito para estar cerca del reggae, mi hijo y de las cosas que me alimentan, que también me alimenta muchísimo Kameleba pero a riesgo de que cierta ficción termine haciendo de que algo que era tan hermoso, tan maravilloso ya no lo sea, es muy riesgoso para una banda que ha hecho una banda cortita pero genial, me parece que es necesario parar en este momento.

Están despidiendo Tiempos de Tribulación, un disco en el cual pudieron experimentar más, donde se dieron más libertades ¿Qué les deja este disco?

D.A- Pudimos transgredir y a la vez no dejar de pertenecer. Fue un disco muy desafiante desde el título de la obra que habla de una realidad. Creo que es una obra conceptual que tiene lo que tenemos como cuerpo social todos, tiene su parte transgresora, tiene su parte de pertenecer. Hay reggae, hip-hop reggae, canción reggae, baladas reggae, fue una aventura porque quizás a muchos no les podía gustar una canción como “Orillas” o como “Desenvenéname” que son rozando la balada pop reggae. Fue una aventura que estuvo buena porque tuvimos coraje para asumirlo como “Todo lo que tú quieras” cosas modernas, otras texturas, o tocar “Niño de piedra” sin saber que me estaban grabando, sin propósito, sin ambición alguna, una canción despojada con una guitarra, el productor se dio cuenta que yo estaba cantando ahí, puso rec y agarro de aire lo que agarro y esa canción tenia espíritu y pudo sacar una foto de un momento verdadero. Nos dio premios a mejor banda del 2013, premios por los videos, nominaciones por los videos, nos permitió girar internacionalmente. “Tiempos de tribulación” es la síntesis de nuestras mejores intenciones. Para mí el disco que es clave es “Sueño que va”.

¿Qué balance hacen de este año que comienza?

D.A- Este año viene bastante friccionado. Venimos de tocar hasta fin de año, terminamos el año nos fuimos de Vorterix y de ahí hicimos Costa Rica, México, El Salvador, Guatelama, yo de ahí me fui a Jamaica donde hice dos videos, volví y seguimos trabajando en el disco que queríamos sacar que finalmente no se dio. También a su vez fricciones porque algunas personas dejaron el grupo a fin de año, entonces hubo que replantear la estructura del grupo, quien iba a ocupar esos roles que quedaron vacíos. Fue una etapa de resistencia muy grande que a veces se puede bancar y a veces no.

¿Esto es lo que lleva a tomar la decisión de parar por un tiempo indeterminado?

D.A- Si porque quizás lo que estábamos logrando en catorce años se podía llegar a desdibujar o a perder. Vos no te queres separar nunca, a veces se da, pasan las cosas. Había tomado una dimensión que, hablo por mí, esta buenísima, tenemos muchísimo público, somos aplaudidos en todos lados. También esas grandes cosas tienen un lado bastante denso, especulación alrededor en cuestiones que tienen que ver con el dinero, con la vanagloria, con quien sale primero o segundo en la foto, cosas que para mí… yo no vine a hacer música para eso y si me equivoque estoy a tiempo de replantear y volver como mejores personas, creo que es momento de frenar la pelota. ¿Para qué vinimos acá? ¿Para qué era que nos juntábamos? ¿Por qué nos gustaba el reggae? Bien… ¿Ahora que nos tiene unidos? Parar es una hermosa manera de que el grupo quede inmaculado. En última instancia si equivoco ahora me equivoco solo, la culpa la tuvo Darío Alturria, que hace mala música, que… no sé, cada uno puede decir de mi X cosa. Bueno seré yo el culpable de ese destino y quiero que mi banda, la que puse la vida, toda la vida deje, casi todas las cosas que tuve a mano, mi carrera como economista, mis amores de momento porque para mí lo primero es el grupo, quede inmaculado. Mi nene es lo primero, donde me empiezo a replantear todo. Después de que yo di todo por este grupo y todos dimos todo es justo que el grupo quede inmaculado. Me parece que está buenísimo que la banda quede inmaculada y creo que es la mejor manera de que rendirle un homenaje en el teatro opera, como una banda genuina de corazón.

Por: Pedro Sosa Rodriguez.
Foto: Prensa Kameleba.

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